El "inocente" perseguido


Despues de leer las fuentes y sus comentadores decidí darme por vencido y aceptar que por el momento el tema me sobrepasa y no podría darle la claridad de exposición que quisiera –por puro placer mío-. Es tal la complejidad que sólo intentaré decir algo y ojalá se entienda. Como dice el tipo con el que estudio, la simpleza es algo a conquistar y a la que se llega después de mucho trajinar. Conocer la lógica que se agita detrás, ver algo de la Matrix.

Durante mucho tiempo me ha llamado la atención algo que he visto básicamente en mujeres, lo cual no quiere decir que sea exclusivo de ellas sino que constituye básicamente una posición subjetiva.

Como abrí el paraguas al principio, recurrí a un par de diccionarios de psicoanálisis y filosofía para tratar de ser lo más claro posible en lo que me interesa en cuestión, el “Alma bella”:


"Para Hegel, el Alma bella es una conciencia que «vive con ansia de empañar con la acción y con el ser la honestidad de su interior»; que al no querer renunciar a su refinada subjetividad se expresa sólo mediante palabras y que, si desea elegir, se pierde en absoluta inconsistencia. Goethe dedica el VI libro de Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister a la «confesión de un Alma bella», y la hacía hablar así: «Yo no recuerdo ninguna orden; nada se me aparece bajo figura de ley; es un impulso el que me guía, siempre justo; yo sigo libremente mis disposiciones y sé tan poco de limitaciones como de arrepentimientos.» El Alma bella es una de las figuras típicas del romanticismo: la encarnación de la moralidad, no como regla o deber, sino como efusión del corazón o del instinto. Scheler, aun dándose cuenta del decadentismo de esta noción romántica, cree, sin embargo, que «la antigua cuestión acerca de la relación entre el Alma bella que quiere el deber ser ideal y que lo realiza no como deber sino por inclinación, y el comportamiento ‘por deber’ al que Kant reduce todo valor moral, se resuelve en el sentido de que el Alma bella no sólo es de parecido valor, sino que tiene un valor superior» (Formalismus, p. 226). Pero en el uso contemporáneo la expresión ha adquirido un significado irónico y de burla, designando la actitud del que vive satisfecho con su propia y presunta perfección moral, ignorando o desconociendo los problemas efectivos, las dificultades y las luchas que dificultan el ejercicio de una actividad moral eficaz. Este viraje de apreciación se debe probablemente a Nietzsche, quien en su Genealogía de la moral (I, § 10) describió a los puros de corazón, a las Almas bellas que se envuelven poéticamente en sus virtudes, como «hombres del resentimiento» en quienes vive un subterráneo espíritu de venganza contra los que encarnan la riqueza y la potencia de la vida." (El de filosofía)



“El “alma bella” (en alemán, shöne Seele), o “bella alma”, es una etapa en la dialéctica de la autoconciencia que Hegel describe en la Fenomenología del Espíritu (Hegel, 1807). El alma bella proyecta su propio desorden sobre el mundo, e intenta curarlo imponiendo “la ley del corazón” a todos los demás. Para Lacan, el alma bella es una metáfora perfecta del yo; “El yo del hombre moderno... ha tomado su forma en la impasse dialéctica del alma bella que no reconoce su propia razón de ser en el desorden que denuncia en el mundo” (E, 70). De un modo más extremo, el alma bella también ilustra la estructura del desconocimiento paranoico (Ec, 172-3). (Dicc. Evans de psicoanálisis lacaniano)


Es popular la idea de que hacer o decir lo que uno siente es una actitud irreprochable con la nadie podría estar muy en desacuerdo. Los así llamados sentimientos gozan de buena reputación, de hecho quien no los mostrara lo suficiente o los utilizara según los cánones esperables por la sociedad –especialemente por algunas almas bellas- es pasible de ser tildado como un “desalmado”, de tener “hielo en las venas”, “miedo a mostrar sus sentimientos” y demás frases de dominio público. Estas afirmaciones presuponen la existencia de ellos y entonces habría algún tipo de tapón impidiendoles a tan nobles entelequias salir de alguien –sobre todo en forma de palabras (se ha patologizado con el nombre de "alexitimia")- y llegar al otro para bañarlo de vaya a saber uno que cosa.

Lacan llegó a decir que el único afecto que no engaña es la angustia. La angustia se presenta en el cuerpo: opresión en el pecho, taquicardia, sudoración, sensación de morirse, no poder respirar (el famoso ataque de pánico no es más que angustia descontrolándose), etc. La angustia nos revela nuestra posición de objeto ante otro del que no sabemos que lugar ocupamos en su deseo, qué quiere de nosotros, perdemos las coordenadas momentáneamente.

Entonces para aquella/os que tienen en tan alta estima sus sentimientos, sus afectos (para el lenguaje común es lo mismo), y que necesitan la demostración, la verbalización y la exaltación de ellos como buenos, puros y nobles, y crucifican a quienes se entienden con el mundo de otra manera, podría repensarse esa situación y ver si no hay más cosas en el menú.

¿Y si todo fuese una construcción que tuvo su origen en el exterior y lo que uno cree que es lo más íntimo de uno en realidad no lo conoce y no tan sólo eso, sino que es lo contrario? Adoro los bluffs.

El alma bella para Hegel no es un alma solidaria.

El alma bella denuncia lo que está mal en los otros pero no advirtiendo formar parte de ello que sucede. Así, en el historial sobre histeria de Freud (Dora), basta con tan sólo una pregunta por parte de él cuando le pregunta a Dora qué tiene que ver ella en todo lo que se queja para que se produzca lo que fue denominado por Lacan como “inversión dialéctica” y su posterior y consecuente primer “desarrollo de verdad”. Entonces el alma bella que estaba impoluta se da cuenta que sus pies también están en el barro y que hay algo de lo que no quiere hacerse responsable. Asi, las personas que no se reconocen en su queja y sufren porque los otros son insensibles e impíos, en realidad demuestran un no reconocimiento del otro como tal y a la vez, por qué no, cierta degradación y desprecio velado.

No mencioné nunca la palabra amor porque no se trata de eso, se trata una posición que está bien expandida entre la gente pero es una mascarada. Así van algunas almas bellas conociendo nuevas personas para que se amolden a sus condiciones pensando que esta vez no les pasará de nuevo, que no cometerán los errores de establecer demandas sin respuestas posibles; dándole a esa nueva relación un valor terapeútico-pedagógico, usando al otro como un lugar para probar que “la ley del corazón” vencerá, vencerá, vencerá.

Pero eso nada tiene que ver con el amor ya que el otro, sinceramente, no cuenta.

4 comentarios:

flor | 18 de diciembre de 2009, 4:50

No voy a ser muy diplomática. ¡Qué quilombo lo del alma bella!

¿La angustia no puede engañar? De acuerdo y sin embargo, le daría un resquicio (no le daría tanta importancia).

Pensé dos cosas. Que conozco varones como los que describís, pero no puedo identificarlos. Y que, a pesar, de que la alta estima no es una de mis características, todos debemos tener un poco de esto en algún momento, ¿no?

Y esa palabrita... Tapón.

Ivanmarkus | 20 de diciembre de 2009, 11:17

Hipótesis demenciales...Hmmm

Las almas bellas existen. No son necesariamente bellas y si es tu chica/o estás en problemas.

Lisandro Capdevila | 20 de diciembre de 2009, 11:22

No creo que vaya por el lado de la autoestima flor, eso es harina de otro costal.

Y si, IV, entrar en contacto con almas bellas es un camino sin banquinas. O sólo tiene banquinas.

Joakkin | 21 de diciembre de 2009, 18:05

Hay mucha tela para cortar en el asunto de las almas bellas. El filósofo Anthony Laje publico un libro " Teorema del contrapunto en almas bellas y caras amorfas" argumentando que cierta gente con una característica conocida como el "síndrome de Falcioni" es sin dudarlo portadora de un alma bella. Entre varios de ellos se encuentran el futbolista Víctor Muller, el famoso delincuente Jairo Patiño, la actriz Lola Berthet y la ( inserte oficio )Nina Peloso.

Nietzsche,en su Zarathustra, decía: -Yo amo a aquellos cuyas almas están tan repletas que se desbordan, y se olvidan de sí mismos, y todas las cosas están en sus almas, porque todas las cosas les empujarán hacia el abismo. El profeta amaba las cualidades que harían del hombre su ocaso, para cruzar el puente hacia el superhombre. Laje está de acuerdo con todo esto, y expone: -De acuerdo a mi teoría del contrapunto, las aberraciones que han sufrido los Rourke, los Mancini y los Pradón han hecho de sus almas un Rockefeller Center espiritual. Los cirujanos plásticos estarían dañando el plano filosófico, dice Edward Feinman III en su libro "Mano levantada: el voto Termidor y los bolitas" publicado en 1995 por editorial Goebbel.
Finalmente, un paladín del alma bella, Bono, nos contaba en el asiento de su Bentley camino a Worcester que es insoportable la idea de que haya gente que tenga que comer mierda, no pueda recibir una educación digna, muera de enfermedades por no tener un Farmacity cerca y no junte 20 mangos para comprarles un disco."El otro día en el Congo estaba con mis amigos de Greenpeace hablando de cricket y salsa de mandioca cuando se nos acerca un chico raquítico que nos pedía un pedazo de planta para comer. El corazón se me derritió y lo abracé, a pesar de sus 15 enfermedades. Cuando le pregunté si le gustaba U2 me dijo ¿qué es eso? ?¿un dios? Yo le contesté que sí, pero me indigné porque no podía comprarnos Joshua Tree. Y fundé un hospital a mi nombre en el pueblo, con el vuelto de Starbucks en nuestro último recital en Amsterdam" nos cuenta acongojado Bono, quien dice que su apodo es meramente irónico, porque él sólo cobra en efectivo.
La Señora, fiel representante de las almas bellas, es más elocuente "Que horror" manifiesta en un almuerzo donde verduguea a diputados y vedettes. La Hiena Barrios, que no entiende una mierda de lo que hablan los puros, reza: Dejame de romper las bolas, si yo me quiero gastar la papa en putas es mi problema. Andá a solucionarle la vida a Teresa Calandra.
Y Zarathustra ama a todos ellos, pues tal corazón los llevará al ocaso.

The Rotten Journal edición navideña

Publicar un comentario