La pregunta es
Pocas cosas más sensuales que la inteligencia. El sentido
del humor quizás, alguien que te escuche con atención y luego lo recuerde tiene
lo suyo, alguien que no te mire al cuerpo introduce una pregunta.
En el cuento “la carta robada” de Edgar Allan Poe (que tiene
una traducción de ¡Borges y otra de Cortázar!) el misterio gira en torno a la
desaparición de una carta cuyo contenido puede ser utilizada para fines políticos.
A medida que avanza la trama y se va develando el misterio, nos enteramos que
lo que se suponía oculto en algún lugar recóndito, había estado frente a las
narices de los investigadores. Lacan, para correrse de las metáforas arqueológicas
del aparato psíquico, pensó al inconsciente topográficamente: está en la
superficie. En la superficie del lenguaje. Está a tiro del habla, lo que
algunos llamaron el orden de lo “no realizado”. Entonces cuando a alguien le
preguntan por quién es el candidato del espacio y se le “escapa” otro nombre en
lugar del que tenía que decir, bueno, ahí está el inconsciente haciendo de las
suyas.
Pero a algunas personas no se les escapa nada, parecerían
estar a resguardo de los lapsus y las aceleradas del lenguaje. Presten atención
a quienes no patinan nunca. Y desconfíen.
Esta semana un compañero de trabajo me dijo: “a que no sabes
con quién comparto analista”. Yo le dije: “imposible, no creo que se analice,
los narcisistas no van al psicólogo”. O van al pedo, diría ahora. “bueno, fue
un par de veces después de la muerte de su esposo, y muy eventualmente por
cosas muy puntuales. Y no fue al analista, él iba a su casa”. “Me parecía”
contesté. Acerté a medias.
Los profetas van/vuelven a la montaña. Un giro inesperado
del argumento, una jugada que nadie anticipó
pero que en algún sentido siempre estuvo allí. Siguiendo el hilo, los
detractores podrán decir: la sabía porque –también- se la robó, siempre tan
acostumbrados a la sagacidad.
Vienen tiempos difíciles sin lugar para los profetas. Agárrese
a los otros, humanícese, no sea indiferente, la esperanza prescinde de la
inteligencia, levante la cabeza, acierte a medias, olvide estas palabras. Preste mucha atención. La respuesta
está fffffff en el viento.