Barro es mi profesión y mi destino
“´You´ve been in the house too long´ she said, and I naturally fled”
The Smiths
The Smiths
Retirarse a tiempo. Irse de los lugares y de las personas en el momento indicado es algo muy difícil pero no imposible, si uno ha prestado un poco de atención a las cosas y a sus derrotas es probable que tenga más chances de prever o hasta de adelantarse al crack del que no se puede volver.
Mientras los ejemplos se me caen de las manos y no podré abarcarlos todos, me preguntaba por qué me puse a pensar en esto. Resolví que lo más sencillo era lo siguiente: ayer en la cancha de Huracán pude ver por primera vez en vivo la tribuna que lleva el nombre del querido Ringo Bonavena. Hoy cuando escuché que Baldomir –ex campeón mundial a los 34 años- va a volver a pelear pensé en todos aquellos grandes boxeadores –no es el caso del Tata- que no pudieron retirarse a tiempo.
El boxeo, no sólo en Argentina sino en todo el mundo tiene sus orígenes en los barrios más pobres de las ciudades. Las biografías de los boxeadores suelen estar marcadas por estos orígenes humildes desprovistos de las condiciones que uno podría suponer básicas para que una persona puede preocuparse por otras cosas que no sea comer. A Martillo Roldán lo descubrieron en Freire, un pueblito de Córdoba donde era la sensación del pueblo porque peleaba contra un oso en un circo. Como esos ejemplos hay muchos.
No hay mucha diferencia entre un escritor y un boxeador, ambos se ganan la vida con sus manos, aunque el boxeador es mucho más sagaz y veloz. El boxeo no es más que una transformación de las milenarias peleas que se podían ver por ejemplo en Roma. Quien no lo considere un deporte allá el, pero si nos ponemos formalistas, reúne todas las condiciones para ser uno como lo es canotaje.
Volviendo, si algo no saben la mayoría de estos muchachos es retirarse a tiempo. Aquí es donde se hace más evidente que lo difícil es mantenerse en la cima del deporte por mucho tiempo. Junto a la fama en el boxeo vienen las mujeres, los excesos y las proposiciones de todo tipo.
A pesar de que para ser top mundial en cualquier deporte es indispensable ser súper profesional, el boxeo sigue siendo un poco más laxo que otros ámbitos Me animo a decir que este mismo profesionalismo le ha quitado al boxeo un poco de mística. Sumado a eso, ya no existen ni tantos ni tan buenos boxeadores como había antes.
"Manos de piedra” –si, es así- Durán fue un grandísimo campeón que peleó casi hasta los 45 años. Holyfield hasta los 45, Foreman lo hizo hasta los 50. Ray Sugar Leonard otro tanto. Tyson creo que ya tiene 40 y sigue dando pena.
Todos fueron grandísimos campeones, de los mejores de todos los tiempos y no es que no supieron cuando irse, no pudieron. Y es comprensible, porque ¿qué hacer después de haber sido el mejor del mundo en algo algunos años? Entonces Ringo terminó muerto de un escopetazo en el pecho en un burdel yanqui, Gatica atropellado por un colectivo, Monzón mató a su mujer y después se mató en un accidente de auto...
Algunos finales dan tristeza, otros se los veía venir, pero al igual que en el tema Maradona; nadie que los conozca un poco se puede sorprender. En general las críticas suelen ser prejuicios de clase. Ayer en Parque Patricios me lo imaginaba a Ringo corriendo por sus calles, paseando en su auto importado, su ropa cara y su cigarros que se había ganado con sus puños, y junto a eso la tremenda tristeza que acompaña a los boxeadores en esas calles grises y derrumbadas de este deporte. No lo es todo, siento una irrefrenable simpatía por estos deportistas que fueron grandes y que cayeron tan fuerte desde allí.
Del barro vienen y al barro van sería una lectura. Otra, la que yo prefiero es que directamente somos más barro que otra cualquier otra cosa, como dice Miguel Hernández…
Mientras los ejemplos se me caen de las manos y no podré abarcarlos todos, me preguntaba por qué me puse a pensar en esto. Resolví que lo más sencillo era lo siguiente: ayer en la cancha de Huracán pude ver por primera vez en vivo la tribuna que lleva el nombre del querido Ringo Bonavena. Hoy cuando escuché que Baldomir –ex campeón mundial a los 34 años- va a volver a pelear pensé en todos aquellos grandes boxeadores –no es el caso del Tata- que no pudieron retirarse a tiempo.
El boxeo, no sólo en Argentina sino en todo el mundo tiene sus orígenes en los barrios más pobres de las ciudades. Las biografías de los boxeadores suelen estar marcadas por estos orígenes humildes desprovistos de las condiciones que uno podría suponer básicas para que una persona puede preocuparse por otras cosas que no sea comer. A Martillo Roldán lo descubrieron en Freire, un pueblito de Córdoba donde era la sensación del pueblo porque peleaba contra un oso en un circo. Como esos ejemplos hay muchos.
No hay mucha diferencia entre un escritor y un boxeador, ambos se ganan la vida con sus manos, aunque el boxeador es mucho más sagaz y veloz. El boxeo no es más que una transformación de las milenarias peleas que se podían ver por ejemplo en Roma. Quien no lo considere un deporte allá el, pero si nos ponemos formalistas, reúne todas las condiciones para ser uno como lo es canotaje.
Volviendo, si algo no saben la mayoría de estos muchachos es retirarse a tiempo. Aquí es donde se hace más evidente que lo difícil es mantenerse en la cima del deporte por mucho tiempo. Junto a la fama en el boxeo vienen las mujeres, los excesos y las proposiciones de todo tipo.
A pesar de que para ser top mundial en cualquier deporte es indispensable ser súper profesional, el boxeo sigue siendo un poco más laxo que otros ámbitos Me animo a decir que este mismo profesionalismo le ha quitado al boxeo un poco de mística. Sumado a eso, ya no existen ni tantos ni tan buenos boxeadores como había antes.
"Manos de piedra” –si, es así- Durán fue un grandísimo campeón que peleó casi hasta los 45 años. Holyfield hasta los 45, Foreman lo hizo hasta los 50. Ray Sugar Leonard otro tanto. Tyson creo que ya tiene 40 y sigue dando pena.
Todos fueron grandísimos campeones, de los mejores de todos los tiempos y no es que no supieron cuando irse, no pudieron. Y es comprensible, porque ¿qué hacer después de haber sido el mejor del mundo en algo algunos años? Entonces Ringo terminó muerto de un escopetazo en el pecho en un burdel yanqui, Gatica atropellado por un colectivo, Monzón mató a su mujer y después se mató en un accidente de auto...
Algunos finales dan tristeza, otros se los veía venir, pero al igual que en el tema Maradona; nadie que los conozca un poco se puede sorprender. En general las críticas suelen ser prejuicios de clase. Ayer en Parque Patricios me lo imaginaba a Ringo corriendo por sus calles, paseando en su auto importado, su ropa cara y su cigarros que se había ganado con sus puños, y junto a eso la tremenda tristeza que acompaña a los boxeadores en esas calles grises y derrumbadas de este deporte. No lo es todo, siento una irrefrenable simpatía por estos deportistas que fueron grandes y que cayeron tan fuerte desde allí.
Del barro vienen y al barro van sería una lectura. Otra, la que yo prefiero es que directamente somos más barro que otra cualquier otra cosa, como dice Miguel Hernández…
“Me llamo barro aunque Miguel me llame.
Barro es mi profesión y mi destino
que mancha con su lengua cuanto lame.
Soy un triste instrumento del camino.
Soy una lengua dulcemente infame
a los pies que idolatro desplegada
Como un nocturno buey de agua y barbecho
que quiere ser criatura idolatrada,
embisto a tus zapatos y a sus alrededores,
y hecho de alfombras y de besos hecho
tu talón que me injuria beso y siembro de flores."
(Pareciera escrita a los boxeadores. Enlace al texto)
Barro es mi profesión y mi destino
que mancha con su lengua cuanto lame.
Soy un triste instrumento del camino.
Soy una lengua dulcemente infame
a los pies que idolatro desplegada
Como un nocturno buey de agua y barbecho
que quiere ser criatura idolatrada,
embisto a tus zapatos y a sus alrededores,
y hecho de alfombras y de besos hecho
tu talón que me injuria beso y siembro de flores."
(Pareciera escrita a los boxeadores. Enlace al texto)
9 comentarios:
¿y qué pensás del boxeo femenino?
La verdad que cualquier cosa que diga puede sonar sexista y no es la idea. No me molesta para nada el boxeo femenino, me parece graciosa la cuestión estética de que las mujeres no suelen manejar bien la técnica de los golpes, por no decir cuando se pegan en el pecho. No soy tan purista con esto, no lo miro y chau.
lisandro, te propongo que un día vayamos a un combate pugilístico y hagamos una megacoberturaperiodística.
Pero por supuesto Axel, tengo un par agendados.
Lis: preguntaba porque aunque puedo reconocer tu hipótesis de que los boxeadores no saben retirarse a tiempo, mi conexión con el boxeo es casi nula. Escucho una canción que habla de De la hoya, entrevisté a Tatú (un pibe que nos representó en los últimos juegos olímpicos y que perdió en primera vuelta)y el año pasado entrevisté a la Tigresa Acuña (y vi un documental sobre ella, en el que se planteaba sobre si el boxeo femenino era boxeo y esas cosas)...
Yo pregunté desde mi ignorancia:
El hecho de ser mujer, ¿te condiciona de alguna manera a la hora de boxear?
Las mujeres menstruamos y eso te saca energía, te tira para abajo. Yo he peleado menstruando, pero no es lo mismo. De todos modos, pienso que la mujer es mujer y que tiene que explotar sus cualidades. No comparto el hecho de que algunas boxeadoras se vean masculinas. Solés toparte con algunas que no sabés si son nenas o nenes. Yo pensaba que esas chicas eran homosexuales, pero no tardé en entender que sólo buscan verse como hombres. Las respeto, pero no comparto lo que hacen. No entiendo esa manía de querer ser algo que no son. Montan un personaje que es difícil de mantener.
Axel: me encantó tu serie El club de la pelea.
Varias cosas para decir, no sé cómo empezar.
Primero, mis reiteradas felicitaciones porque el boxeo escrito es uno de los pocos deportes (sino el único) que no pierde emoción al volverse papel, y hasta la gana. Anoto Torito a la lista de menciones, y la emparento con éste y otros textos, aun los de su compadre Mailer que se ve que vive con usted.
Segundo, lo del barro... la condición humana, biblicamente hablando, nace del barro. Quedémonos con la metáfora, que es lo más sensato cuando se lee la Biblia. Del barro venimos, el barro somos, no sé si vamos al barro o a la nada. Boxeadores o no, el barro está en nosotros. El dolor es barro, la desilusión es barro, la mentira es barro, la caída es barro. La vejez es barro. (El bar que estaba en 6 y 50 era Barro).
El boxeador y su mística merecen nuestros respetos. Maradona jamás será Ringo. La soledad del boxeo, las putas del boxeo, el NYC del boxeo... no me hablen de Villa Fiorito o el Napoli... esa es otra historia.
Volviendo, disculpá que ande disperso, vos sabrás. Soy un boxeador cobarde. Me siento golpeado, me siento un niño, me persiguen los éxitos pasajeros sin los méritos de la gallardía. Pienso que al barro estoy destinado. Aunque sé de cosas pasajeras, de sensaciones que parecen venir a iniciar nuevas eras y terminan por ser anécdotas de paso. Habrá que saber retirarse a tiempo, de todo aquello que nos pasa.
Tercero, amigo Axel, me apunto al Trip Pugilístico. Estuve por ir otrora a Berisso, pero justo viajaba a otro lado. Sé que se viene alguna pelea pedorra pronto. No pido mucho, por ahí con eso me contento.
Cuarto, Flor. El boxeo femenino no me gusta a mí tampoco. Lo de pelear menstruando me llamó la atención.
Quinto, el boxeador del barrio. Conocí a muchos, de muchos fui amigo. Padecí a otros, gané una sola pelea en mi vida y fue injusta porque el otro tenía todas las de perder. Fue como perder ganando, creo que el otro se apuntó una victoria. Las que perdí de entrada todavía me duelen. La que más me gusta es la que fue por una chica, el trofeo que ni siquiera iba a ser mío si le ganaba al pibe. Ella lo prefería a él, era justo porque él en ese entonces era el guapo y el valiente. No le gustó que yo amara a su chica. Era mi chica, y no lo entendió. Me empujó, lo empujé hasta hacerlo caer, se levantó y no dudó en tirarme de un derechazo impecable. Lo próximo que recuerdo es a la Señorita Patricia llevándome a Dirección. Años después me encontré con la chica. No era la misma. Ya no me gustaba. Nos pusimos a hablar, coincidimos en un banco de plaza. Me dijo que cuando me vio en el piso, derrotado, le cai simpático. El premio vino entonces.
Ringo es de mis preferidos.
Sexto, retirarse a tiempo. Y no sólo eso... no volver nunca más.
Flor: a mi se me hace como el fútbol femenino, es otra cosa, no se parece al deporte original, lamentablemente está construido así, no estamos acostumbrados a ver chicas pelearse. Seguramente dan ventajas cuando pelean menstruando! Ahora no se me ocurre un deporte eminentemente femenino... el cestoball quizás?
Tony: Claro, Dale uppercut pibe! Ya me estoy cebando para que vayamos a ver una velada, se que en Almagro, donde está la Federación de Box hay casi todos los fines de semana, seguramente tiene que haber por Berisso o la zona del Hipódromo, acá tengo menos idea.
Había un psicólogo llamado Pichon Riviere (Era más que psi, pero bue, no viene al caso) que decía que había, como en el fútbol, dos tipos de psicologos: los que sólo juegan con la cancha en perfectas condiciones y los del barro, los que se animan a meterse con las peores cosas.
Nunca me peleé ni lo creo que lo haría por una chica, cuando estuve en tríos sólo la "atacaba" a ella y vaya de que manera. Luego aprendí el arte de la resignación con dudosos honores y ahora me voy antes que me digan que he estado demasiado en una casa, como la en la canción citada.
La última piña que puse se la di a Fernando Iglesias en la primaria, pero porque me había hinchado mucho las bolas.
Por último, leí que cancelaron la pelicula que iba a hacer De la Serna sobre Ringo, para la cual tuvo que engordar como 15 kilos...
Ringside, allá vamos.
De la Serna: "¿Y ahora què hago con los kilos de más?"
Director: "Ya los tenías"
Se me vino "El perseguidor" a la mente con el cuarto párrafo.
Detesto el boxeo, pero amo a Rocky, qué ilógico, ¿no?
Pobre Rodrigo, una vez lo vi hablando de todas las ganas que tenía de hacerlo, una verdadera lástima.
No, ud no pelea por chicas, pelea a las chicas. Recuerde el cachetazo, ayyy, aprieto los dientes por no matarlo.
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