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Media Verónica


Desde hace bastante tiempo se viene debatiendo en España la prohibición de las corridas de toros. Hoy finalmente el Parlament de Catalanuya (comunidad autónoma) aprobó la prohibición que regirá desde principios de 2012. En pocas líneas, las 180 mil personas que avalaron la moción de la prohibición se amparaban en el derecho de los animales a la vida, que encontraba su oposición en la negativa de los catalanes a ceder una profunda marca de identidad. 
 
El fenómeno es muy complejo. Tenemos la invención de la paz, la de los derechos humanos a partir de la necesidad de que no nos matemos entre todos post segunda guerra mundial y finalmente los de los animales. Nada es natural.

Difícil negarse a la moción de que no maten animales, es pavoroso ver la muerte en vivo del toro, el argumento esgrimido por los abogados de los animales, acompañados de una cohorte ridícula de extranjeros con carteles en inglés inmiscuyéndose en algo privadísimo de España,  sobre todo en su cargada relación con Catalunya. En estos momentos arden en las calles manifestaciones a favor y en contra de la prohibición, con independecia de la pérdida millonaria que supondrá a todo un circuito que vive de la tauromaquia desde hace decenas de años.  Algo huele a podrido y no es la sangre del toro, se parece más a  la sensación de rechazo que genera Yoko cuando aparece cantando en Double Fantasy.

Para  leer cosas más serias sobre el debate ver acá y acá.

Y como decía el filósofo Pancho Ibáñez, todo tiene que ver con todo, para desilusión de las Verónicas que creyeron encontrar su canción en la de Calamaro, siento decirles que la “media verónica” es lo que está haciendo el torero en la foto, burlándolo, ese paso de baile de esquivar la cornada asesina. ¿De dónde creen que nace el “oooleeee” del fútbol cuando un equipo se pasa la pelota sin que el adversario se la quite? Es muy complejo, creo que los extranjeros no estamos en condición de juzgar las tradiciones de los otros, por más catalán que uno sea (como es el caso). Esa lógica de la intrusión es la de los gringos, que para llevan su “democracia” con bombas de paz y amor a lugares no “civilizados” donde habría otras bombas más malas, tontas y feas que pondrían en peligro esos ricos pozos de jugoso petróleo… ñam ñam ñam.

Ya cité alguna vez al poeta más grande que ha dado España, Miguel Hernández, con su brutal y hermoso poema (que está en "El rayo que no cesa") donde utiliza la metáfora del toro para el amor. ¿Qué hubiese sido de la literatura española sin la corrida de toros? ¿Cuánto canto inútil a las flores lo hubiese reemplazado? Más Dioniso y menos vida sana.

"Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto. 

Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo. 

Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro. 

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.
"


Y para cerrar este vendaval difícil de comentar por su lógica de perdigonada, veamos al gran AC dejando en claro su postura en el tema.

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Tinta roja



"Los perros no debían ladrar, y no ladraron."
Continuidad de los parques, J.C.


La primera entrada de este blog hace ya un año  reseñaba el encantador libro de Thomas de Quincey llamado “Del asesinato considerado como una de las bellas artes”. Su tesis principal reza que cuando el asesinato es proyecto es despreciable, pero una vez cometido el hecho, debería juzgarse según méritos estéticos. Por ejemplo una carnicería cotizaría menos que un plan macabro orquestado y planificado quirúrgicamente.

Rápidamente se me vienen cuatro casos apasionantes, tramas de poder, sexo, incesto, dinero y por supuesto la vedette: la muerte.

 
Caso García Belsunce

Meses de diarios se escribieron, desfile televisivo de sus familiares, una familia poderosa que para tapar el oprobio del lesbianismo de la difunta tejieron una red que logró su cometido, y que es que la justicia no pudo saber quién la mató. Carrascosa fue preso por descarte, por encubridor, no se pudo probar que fuera el asesino, pero la intuición así lo indica. Si alguien logra hacer pasar en la autopsia que su mujer se cayó en el baño cuando en realidad tiene 5 tiros en el marulo, y logra frenar a la policía para que no entre en su casa… Recuerdo las horas de entretenimiento que me dio el caso y la transmisión del juicio, de la mano del fiscal salido de un comic, Molina Pico.


Caso Fraticelli

Natalia Fraticelli fue encontrada muerta en su casa. Nunca se terminó de develar el misterio pero los padres fueron presos 6 años y luego liberados por el beneficio de la duda. El ex juez, el Iggy Pop de la justicia, sostiene que un ladrón entró por la ventana y la mató. La justicia probó que la chica de aires ausentes y ciertos rasgos de poca inteligencia (según nuestros parámetros lombrosianos) fue muerta ahorcada en su cama. En las pericias toxicológicas también aparecieron más de 15 pastillas somníferas. Una de las hipótesis más firmes dice que esa noche el juez llegó a su casa después de haber pasado varias horas en un motel con su amante, tuvo una fuerte discusión con su mujer, la chica intercedió y las manos que antes la habían arropado la sumergieron al sueño eterno. Sexo y muerte. Desnudos y muertos.
 

Caso Dalmasso

Otro gran culebrón. Nuestro reprobable sentido común nos señala que al ver la cara de Norita, decimos: “alta fiestera”. Pero ¿qué pecado es ese? Ninguno, no al menos entre los no pacatos. Nora Dalmasso apareció muerta en su casa, en la cama de su hija y con un pañuelo en su cuello. En un principio se creyó que era otro caso de “inseguridad” sufrido por los ricos que tienen tristeza, pero rápidamente salió a la luz que Norita había muerto en un juego sexual. Fue encontrada desnuda y habiendo tenido relaciones minutos antes de su muerte. Su marido no estaba en el país, se intentó culpar a un pintor perejil, sse habló de alguien fuerte del gobierno cordobes, de un sicario cafetero, hasta se llegó a decir –y es la hipótesis que sería más genial- que tenía comercio carnal con el propio fruto de su vientre, con el eco de su sangre (“sospechado” de paso por la prensa de homosexual).

Ya le he dedicado una entrada entera a Barreda, alguna vez lo haré con Junior, el escopetero de Carmen de Patagones. Quincey tuvo que retractarse un poco y recoger el guante, pero mientras los muertos sean ajenos, mediatizados y novelados por los medios, es un ejercicio de la imaginación y del misterio apasionante. Ni que hablar de la literatura policial que tiene puntos altísimos para regodearse, pero la realidad tiene una virtud que la literatura no: te puede matar. 
 
Ampliaremos.
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No dejes que llueva

Así como existen cada vez menos jugadores de fútbol que puedan meter una pausa en la vorágine de los partidos, una disonancia, mismo panorama sucede en la calle cuando una lluvia de mediana a fuerte cae. Todos caminan presurosos como si en lugar de agua cayera fuego, los hombros levantados, el cuello desaparecido y las vehementes pisadas salpicando con las baldosas.

Pero si uno hace la pausa riquelmeana, un abanico se abre a los costados, como si los volantes y los laterales pasaran al ataque. Y algo de eso hay: el desborde y la prisa, como si hubiera algún lugar donde ir. El que puede hacer la pausa ve otras cosas. Los jugadores se dividen al menos en dos: los que tienen paraguas y los que no (y los que tienen más o menos prisa, el estado físico influye). Los que tienen paraguas a su vez se subdividen entre los que tienen uno obscenamente grande, donde caben al menos tres personas y suelen llevar la marca de alguna empresa que los regaló, más cercanos a una sombrilla.

Tenemos el punto intermedio, esos paraguas que además de su función son una prenda de ropa: elegantes, firmes y de la medida exacta, que cuando se pierden uno realmente lo lamenta, como cuando un empresario en connivencia con un padre inescrupuloso se llevan al exterior un juvenil con la patria potestad. 

Finalmente tenemos el paraguas barato, débil, reemplazable y traicionero. Sus cuerpos muertos abundan en las calles los días tremendos de lluvia. Antes de eso, se dieron vuelta al primer viento, ante el primer cambio de frente se salió uno de los alambrecitos que tensos, mantienen la débil estructura. Son los que se lesionan en la entrada en calor.

Quizás en nuestra pausa también podamos ver a la rara avis de la pelea por guarecerse: los que no llevan nada y parece no importarles. Suave como la piel de un rostro descansado, los iniestas caminan como si nada ocurriese a su alrededor, y de verdad, ¡nada ocurre!, ¿cómo alterarse por un poco de agua? Panorama, vuelta de empezar, el rival dejará huecos porque también se mueve.

Siempre me pregunté si no habría alguna relación directa entre los cambios de humor según el clima y cierta ausencia de cierta vida interna.

Entre el grito de las gotas y los árboles agradecidos, una ciudad se come las piernas de los apurados  y una mujer se detiene a contemplar al que la tiene bajo la suela mientras los demás miran hacia arriba esperándola.
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¿Y usted?


La tarde anterior me habían regalado “Los siete locos” del inigualable Roberto Arlt –una deuda del corazón-. De nuevo tenía cierto tiempo para matar así que me senté en la calle Chile a dialogar con él, y en la segunda página leí:

“Por la calle Chile bajó hasta Paseo Colón.  Sentíase invisiblemente acorralado. El sol descubría los asquerosos interiores de la calle en declive. Distintos pensamientos bullían en él, tan desemejantes, que el trabajo de clasificarlos le hubiera ocupado muchas horas. Más tarde recordó que ni por un instante se le había ocurrido preguntarse quién podría haberlo denunciado.”

Bajé el libro y sonreí. Pensé en las casualidades, en el ballet cósmico que va tejiendo y destejiéndolo todo. Un rato antes había caminado por la misma calle en el mismo sentido, pero ya el sol no estaba y no todo era tan asqueroso como antes. Los pensamientos en esa caminata habían estado hegemonizados y que yo supiera aun no me habían denunciado.

Salí a la calle a esperar el auto que me pasaría a buscar. Tardó mucho. El policía de la esquina caminaba cada 15 minutos, los extranjeros sin excepción se paseaban desabrigados, los vecinos no se inquietaban con mi presencia, un perro –Rubén dijo que se llamaba su dueña- se me tiró encima y me chupó las manos. Yo dije que era cariñoso. Su dueña asintió ausente, como si hubiese sido una parada para que meara.

La descripción de Arlt tiene 80 años, y si bien estaba en el mismo lugar, no era lo mismo. Podría usar la metáfora del río, si siempre es el mismo a pesar de que sus aguas lo horaden y no nos demos cuenta.  Pero por suerte el mismo lugar es otro, la estasis y la mismidad en las cosas tienen más aroma a cosa muerta y a alienación que a libertad y singularidad.

En estos días de agitación por la votación de la Ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, se escucha mucho el pedido de “todos iguales”. Imposible oponerse a semejante pedido, al cual adhiero fervientemente. Pero las posturas talibanes empobrecen el debate. Plantearlo como una acción de este Gobierno versus la oposición, otro tanto. Si bien cuando se sancione (y se sancionará, será imposible frenarlo a la larga) se anotarán los porotos con cierta justicia por voluntad política, pero el tema es muy complejo.

Las leyes suelen correr de atrás a las prácticas sociales que van constituyendo las subjetividades, marcadas según el tiempo de cada época. Así como ya no existen las grandes histéricas del momento victoriano de Freud, ahora tenemos otros padecimientos que pueden desencadenarse porque alguien no te charla en el Msn.

La distancia entre lo ideal y lo que pasa es infranqueable, entre la ley y lo que sucede de hecho, basta prestar una mínima atención en cualquier momento para saber cuán difíciles son de cumplir, y ese gap es interesante, porque también es resistencia. Yo sugeriría algo de prudencia, la ley va a salir más temprano que tarde, y para mí sería un error caer en el juego dialéctico de la igualdad-desigualdad, es y no es el término, porque el “para todos” es un lugar de alienación peligroso, borrar la individualidad es un gol en contra, no sólo porque es una tarea imposible hacerlo, sino porque todas las personas son únicas y hacen lo que pueden con lo que han hecho de ellos. Su sexualidad es otro accidente más en sus vidas, no hay nada de natural en la sexualidad y no hay garantías de nada, ninguna combinatoria tuerca-tornillo, tornillo-tornillo, tuerca-tuerca (esta tremenda metáfora me parece despreciable pero muy divertida) garantiza nada. Lo que si existen son dos funciones claramente diferenciadas (nunca explicité que estoy hablando de la constitución del psiquismo de un niño) que son la narcisizante y la de corte, usualmente encarnadas por madre y padre, pero al ser funciones pueden ser ejercidas por cualquiera (ti@, abuel@, amig@, Nelson). Estas funciones para que cuanto menos no se constituyan psicosis o perversiones.

Y más, ningún padre puede evitar que su hijo sufra, en la escuela o le dirán gordo o cuatro ojos, narigón o que tiene dos mamás, eso es la vida misma, no es relevante. Importa la posibilidad que la ley de paso a la  inscripción significante. Si vemos algunos de los que se oponen, es muy fácil estar a favor.

Por otro lado y no lo tengo muy claro, estoy pensando en voz alta, creo que flaco favor a la causa hace Pepe Cibrián planteando términos poco válidos de “Pepe o calle”, porque ¿que suponemos? ¿Que tras todo anhelo de matrimonio se esconden personas deseosas de ser padres y madres? Y más aun, ¿personas que desean adoptar? ¿Son los matrimonios homosexuales el remedio para los chicos de la calle? Es confundir los tantos, no sólo porque la mayoría de los chicos en situación de calle tienen padres –lo cual hace súper larga y desgastante una adopción- sino que es suponer (el mismo prejuicio pero de manera invertida) que el matrimonio es para tener hijos –de la manera que sea- y que con amor es suficiente. Cualquiera que se haya atrevido a relacionarse intensamente con alguien sabe que con amor no alcanza, es necesario pero insuficiente.

Antes de cerrar esta perorata y detonar mis explosivos, promuevo la moción para que se prohíba a las madres y/o padres la utilización de la palabra “bebé” sin acento (el BB).

En fin, soplan vientos de justicia y de reflexión. Cada avance en los derechos de las personas es una conquista, un compromiso y una obligación para cuidarlos como sociedad más madura y libre. La imprudencia de pocos puede deslegitimar estos demorados derechos.

Distintos pensamientos bullen en mí, tan desemejantes, que el trabajo de clasificarlos me hubiera ocupado muchas horas. Más tarde recordé que ni por un instante se me había ocurrido preguntarme quién podría haberme denunciado.
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Muerto el rey, ¡viva el rey!


“Los sesentas terminaron el día que vendimos la camioneta, el 31 de diciembre de 1969” 
Uno de los hippies a Homero.

 
¿Cuándo se termina algo? ¿Cuándo cambia de estado? A veces darse cuenta es simple y no resiste mayores lecturas. Como David Carradine en Kill Bill 2 explicándole a su hijita mientras preparaba unos sanguches con criminal parsimonia la diferencia entre la vida y la muerte representada por un pez fuera del agua aleteando y un pez fuera del agua sin aletear. Otras veces las pistas se nos hacen opacas y las múltiples intersecciones de un fenómeno nos marean.

Recibí un mail de un maradoneano con esta pregunta: “¿Qué se puede hacer para que Maradona no siga siendo el técnico de la selección?” Le contesté que me era difícil responderle, ya que una de las condiciones para decirse maradoneano es la lealtad, el mismo requisito que pide el peronismo. Esa lealtad que mostró una pincelada en toda la gente que fue a recibir a la selección a Ezeiza. No voy a poder responder a esa pregunta.

Aun así, y declarándome ferviente maradoneano, en este mismo lugar habíamos advertido de que el camino de Diego como DT estaba en pañales. Nadie podría osar decir que no sabe de fútbol, porque si el no sabe de fútbol, ¿qué corno podría decir uno que ha jugado y juega como amateur y lo ve desde hace muchos años por la televisión y de vez en cuando en la cancha? Bueno, creo que algunas cosas se pueden saber y decir, quizás en distintos planos de análisis. Si yo desde mi puf puedo ver por dónde va el juego y que otra cosa se podría hacer, algo anda mal. Un buen técnico tiene que ofrecer cosas que el término medio no puede ver. No digo que Diego no lo haga, pero creo que lamentablemente el acto de bautismo como uno muy bueno todavía no lo ha alcanzado.

El fútbol es un terreno opinable si los hay, pero de todas maneras se piden algunas cuestiones legales para por ejemplo sentarse en un banco de suplentes, como el curso de técnico. Y la experiencia ejerciendo cualquier profesión es intransmisible. De la misma manera nadie puede ser juzgado por no tener experiencia, lo que directamente pone en el centro de la crítica a quien manda: Grondona. El fósil de la calle Viamonte, gran rufián que hace 30 años lleva las riendas del fútbol argentino lo puso a Diego como técnico según dicen como un gesto de agradecimiento por darle tantos años de primeros planos en las luminarias mundiales. Lo que es seguro es que la historia es oscura y difícilmente sabremos poco más. Sus maravillosos insights quizás no hayan encontrado todavía las palabras adecuadas para este otro estado. 

Pero eso ya pasó. Hace 2 décadas que Argentina no figura en lo más alto del mundo en la competencia ecuménica por excelencia. Quizás sea tiempo de repensar si somos la potencia que creemos ser. Al menos ya hemos admitido que Brasil es el padre de la criatura aunque se haya ido en la misma instancia que nosotros (¿Vieron que no hay que festejar derrotas ajenas?).

El Psicoanálisis entiende que el sujeto si de algo no es culpable es de desear, pero si -potencialmente-  responsable. Grondona es culpable y Diego responsable. Los jugadores también, claramente, pero eso abriría un debate que ahora no tengo ganas. De todas maneras, sinceramente no me importa demasiado, mi preocupación está atomizada en mi club, no soy medida. Creo que Diego no debería seguir por múltiples motivos que como feligrés  no voy a enumerar, diré que no era su momento (ni sus colaboradores habían dirigido un equipo de fútbol).

Párrafo aparte para los periodistas deportivos, esta profesión no colegiada que no pierde nunca, canjeadores de ropa por publicidad informal, viles panqueques que viven de la sanata  en pos de vaya uno a saber que cosa, sus sentencias contradictorias y veletas pasan inadvertidas. Todo es ganancia e impunidad, no deben responder ante nadie, no hay deontología  que los haga menos canallas, ni siquiera en su crapulencia saben mucho de fútbol, tanto es así que el mejor es Latorre.

En estos días acentuadamente maradoneanos vi algunos documentales y descubrí con sorpresa y tristeza que uno de los hitos de la carrera de Diego, uno que nos vendieron al infinito había sido adulterado.  En ese video de el pequeño haciendo jueguito en el potrero en blanco y negro, donde siempre escuchamos la siguiente frase: “mi primer sueño es jugar en el mundial y el segundo salir campeón”, en realidad de lo que nos privaron fue del sentido real que toma en su continuación: “…y salir campeón de OCTAVA” (minuto 7.15).

En fin, ¿cómo saber cuando algo se termina? Es complejo. Este amor no terminará. Pero ante la incertidumbre sugiero retomar la idea del duelo, la disposición a. Diego no morirá ni cuando su cuerpo lo haga. Mientras más muerto, más vivo. Su abdicación sería grandeza, su permanencia en las mismas condiciones, otro palazo al avispero.
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