Tinta roja



"Los perros no debían ladrar, y no ladraron."
Continuidad de los parques, J.C.


La primera entrada de este blog hace ya un año  reseñaba el encantador libro de Thomas de Quincey llamado “Del asesinato considerado como una de las bellas artes”. Su tesis principal reza que cuando el asesinato es proyecto es despreciable, pero una vez cometido el hecho, debería juzgarse según méritos estéticos. Por ejemplo una carnicería cotizaría menos que un plan macabro orquestado y planificado quirúrgicamente.

Rápidamente se me vienen cuatro casos apasionantes, tramas de poder, sexo, incesto, dinero y por supuesto la vedette: la muerte.

 
Caso García Belsunce

Meses de diarios se escribieron, desfile televisivo de sus familiares, una familia poderosa que para tapar el oprobio del lesbianismo de la difunta tejieron una red que logró su cometido, y que es que la justicia no pudo saber quién la mató. Carrascosa fue preso por descarte, por encubridor, no se pudo probar que fuera el asesino, pero la intuición así lo indica. Si alguien logra hacer pasar en la autopsia que su mujer se cayó en el baño cuando en realidad tiene 5 tiros en el marulo, y logra frenar a la policía para que no entre en su casa… Recuerdo las horas de entretenimiento que me dio el caso y la transmisión del juicio, de la mano del fiscal salido de un comic, Molina Pico.


Caso Fraticelli

Natalia Fraticelli fue encontrada muerta en su casa. Nunca se terminó de develar el misterio pero los padres fueron presos 6 años y luego liberados por el beneficio de la duda. El ex juez, el Iggy Pop de la justicia, sostiene que un ladrón entró por la ventana y la mató. La justicia probó que la chica de aires ausentes y ciertos rasgos de poca inteligencia (según nuestros parámetros lombrosianos) fue muerta ahorcada en su cama. En las pericias toxicológicas también aparecieron más de 15 pastillas somníferas. Una de las hipótesis más firmes dice que esa noche el juez llegó a su casa después de haber pasado varias horas en un motel con su amante, tuvo una fuerte discusión con su mujer, la chica intercedió y las manos que antes la habían arropado la sumergieron al sueño eterno. Sexo y muerte. Desnudos y muertos.
 

Caso Dalmasso

Otro gran culebrón. Nuestro reprobable sentido común nos señala que al ver la cara de Norita, decimos: “alta fiestera”. Pero ¿qué pecado es ese? Ninguno, no al menos entre los no pacatos. Nora Dalmasso apareció muerta en su casa, en la cama de su hija y con un pañuelo en su cuello. En un principio se creyó que era otro caso de “inseguridad” sufrido por los ricos que tienen tristeza, pero rápidamente salió a la luz que Norita había muerto en un juego sexual. Fue encontrada desnuda y habiendo tenido relaciones minutos antes de su muerte. Su marido no estaba en el país, se intentó culpar a un pintor perejil, sse habló de alguien fuerte del gobierno cordobes, de un sicario cafetero, hasta se llegó a decir –y es la hipótesis que sería más genial- que tenía comercio carnal con el propio fruto de su vientre, con el eco de su sangre (“sospechado” de paso por la prensa de homosexual).

Ya le he dedicado una entrada entera a Barreda, alguna vez lo haré con Junior, el escopetero de Carmen de Patagones. Quincey tuvo que retractarse un poco y recoger el guante, pero mientras los muertos sean ajenos, mediatizados y novelados por los medios, es un ejercicio de la imaginación y del misterio apasionante. Ni que hablar de la literatura policial que tiene puntos altísimos para regodearse, pero la realidad tiene una virtud que la literatura no: te puede matar. 
 
Ampliaremos.

5 comentarios:

Juan Antonio | 23 de julio de 2010, 7:39

el mejor crimen lo comete usted, querido Poku, anticipándonos 4 casos apasionantes y entregándonos solo 3. O es el crimen perfecto o yo soy lo suficientemente idiota como para ver sangre donde sólo hay ketchup.

Brenda V | 23 de julio de 2010, 10:42

LISANDRO POR DIOR
¡¿La foto de Norita es posta?!
Nunca la había visto, me muero muerta, dude.
(Las remeras "Yo no estuve con Norita" deberían ser parte de nuestro guardarropas)

Lisandro Capdevila | 23 de julio de 2010, 10:45

J: me jugó una mala pasada (como suele ser) el inconsciente, porque me arrepentí hablar de Junior en este caso, porque le falta sexo y le sobran balas. Lo de la tilde lo dijo por canal interno.

Verita: es posta! y hay más!
Y esas remeras que ocurrentes, la argentinidad picaresca es lo más!

Anónimo | 23 de julio de 2010, 14:58

1. si Fraticelli es el Iggie Pop de la justicia, su hija es la Róisín Murphy (cantante de Moloko) de las virgenes "suicidas" ... dejo link para corroboracion de los ignotos... http://www.youtube.com/watch?v=kl8mpAvTm_Y
2. recuerdo horas de estudio con el TV prendido siguiendo paso a paso las indagaciones de molina pico y festejando cada ataque al absurdo como si fuera una passing shot de federer...
3. y si se comprueba lo del hijo de Norita, diria que Vera me haga una remera con la insignia "I'm your fuckin'mommy..." :-0

saludos al respetable publico lector
/neuras

flor | 25 de julio de 2010, 17:00

el "iggy pop de la justicia". llevo 10 minutos riéndome.

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