Campañas de ley y orden
Esta entrada será una gran cita, ya que si yo quisiera comentarla la haría redundante y le quitaría la fuerza y claridad que tiene. Las citas son de un libro llamado “En busca de las penas perdidas” (1998) de Eugenio Zaffaroni, actual ministro de la Corte Suprema de la Nación, cuya lectura es una herramienta muy útil para pensar la realidad del sistema penal latinoamericano –su inutilidad-, la inutilidad de las penas, la justicia como venganza y el papel que juegan los medios de comunicación en todo esto. Ayuda a no caer en la trampa de tocar de oído.
Antes del gran Eugenio –que pagó su enciclopedismo con una decena de tics- leamos un par de declaraciones de nuestros alunados representantes de la farándula, tremendos hijos de puta:
"La Su": "Estoy harta de escuchar 'no repriman'. Si no se reprime, es un caos. Andá a cortar la 5ta Avenida en Nueva York o Le Champs Elisée en París, viene un camión de agua y te barre".
"No se puede tomar un país, no se pueden cortar las calles. El derecho de los demás termina cuando empieza el del otro. La gente llega tarde al laburo, se pone nerviosa, todo aumenta, no les alcanza la guita, es un caos, esto es un caos y hay que terminarlo".
"No sé lo que pasa, no sé cómo se puede solucionar pero hay que ser más sensible, más patriota, necesitamos patriotas, necesitamos 'Favaloros'".
Marcelo Hugo:
"Que haga alguien algo para que no tengamos que tener un muerto por día, dos, tres, diez y nos acostumbremos".
"La Argentina está muy violenta. Ayer veía un noticiero en los Estados Unidos donde nos trataban como la nueva Colombia y la verdad que uno empieza a darse cuenta que estando metido acá adentro no lo vive de esa manera, más allá de que está viendo las cosas que están pasando, porque realmente es impresionante".
Esto no es nuevo, sólo es mucho más transparente. Quizás en otra entrada complete algunas citas de Zaffaroni, ahora no porque se haría muy largo.
Dice Zaffaroni:
"3. El poder configurador de los sistemas penales latinoamericanos.
Hemos visto que el verdadero ejercicio de poder de un sistema penal no es el negativo o represivo, sino el positivo o configurador. Este ejercicio de poder en nuestro margen es enorme. Las agencias no judiciales de nuestros sistemas penales se hallan militarizadas y la burocratización de las agencias judiciales permite que operen con entera discrecionalidad.
Por regla general, las agencias judiciales prefieren no tener conflictos con las no judiciales, dado que las reconocen más poderosas. Además, esos conflictos implican, por regla general, enfrentamientos con otros sectores –particularmente con el político- que las agencias judiciales prefieren evitar. En consecuencia, las agencias no judiciales de los sistemas penales latinoamericanos tienen poderes para imponer penas, violar domicilios y secretos de comunicaciones, requerir documentación identificatoria los habitantes, expedir esa documentación (y marcarla cuando les conviene o negarla), privar de libertad a cualquier persona sin cargo ni sospecha alguna, realizar actos instructorios que la burocracia judicial le deja por menor esfuerzo, hacer "redadas", clausurar locales públicos, censurar espectáculos, fichar a la población, etc. No hay control militarizado más poderoso y formidable que el ejercido por estas agencias, al margen de cualquier control de la agencia judicial e incluso con su beneplácito.
En cuanto las agencias no judiciales ven que su poder va menguando o perciben esta amenaza al mismo, por alguna reforma o tentativa de reforma legal o jurisprudencial, inmediatamente
el aparato de propaganda del sistema penal –los medíos masivos- desatan una campaña de "ley y orden". Cuyo objetivo no es otro que el de atemorizar a la población y provocar un reclamo público que ponga sitio a las agencias política o judicial y detenga la amenaza para su poder (entiéndase siempre por tal la capacidad para obtener ingresos ilícitos).
La agencia no judicial contribuye a esto con una suerte de "trabajo a reglamento" en cuanto a la protección de la propiedad y con un mayor número de muertos por su violencia, cuyos cadáveres muestra a través de los medios masivos, como prueba de su eficacia (estas muertes generan una espiral violenta. cuando el infractor sabe que ser sorprendido por las agencias ejecutivas no significa la pérdida de la libeitad, sino de la vida).
La burocracia judicial suele responder plegándose a la campaña, imponiendo penas "ejemplarizantes", usando expresiones moralizadoras en las sentencias que dan a publicidad
e incluso procurando notoriedad pública con declaraciones autoritarias que frecuentemente contradicen las más elementales reglas del discurso jurídico convencional, a lo que contribuye
su bajo nivel técnico e informativo. Las agencias aprovechan estas oportunidades para requerir más vehículos, medios, personal y armas, todo lo cual suele ser concedido por las amedrentadas agencias políticas, que se ven amenazadas en su clientela electoral por la campaña de ley y orden, a la que no saben cómo responder; casi todos los políticos latinoamericanos han estado presos, exiliados o han sido torturados, pero sin embargo no demuestran la menor comprensión del poder y del peligro que representan estas agencias y de la urgente necesidad de controlarlo. Prefieren evadirse del problema mediante la falsa ilusión de la posibilidad de manejar ese poder y de ponerlo a su servicio: esta ilusión perdura hasta que otra alternativa les devuelve el carácter de víctimas de ese poder.
En otros casos se deciden a enfrentarlo sin medir adecuadamente sus fuerzas y se precipitan produciendo reacciones defensivas del poder de los sistemas penales que luego no saben cómo enfrentar. Estas tentativas carentes de tácticas suelen ser políticamente suicidas y su lamentable resultado final puede ser una mayor represivización y la generalización de una sensación de impotencia, en tanto que el poder de las agencias no judiciales sale reforzado y la actitud burocrática judicial premiada."
Y para cerrar, en brutal oposición a tamaña lucidez, veremos un sentido reclamo de recién llegada al país del tótem que trae "suerte".
Antes del gran Eugenio –que pagó su enciclopedismo con una decena de tics- leamos un par de declaraciones de nuestros alunados representantes de la farándula, tremendos hijos de puta:
"La Su": "Estoy harta de escuchar 'no repriman'. Si no se reprime, es un caos. Andá a cortar la 5ta Avenida en Nueva York o Le Champs Elisée en París, viene un camión de agua y te barre".
"No se puede tomar un país, no se pueden cortar las calles. El derecho de los demás termina cuando empieza el del otro. La gente llega tarde al laburo, se pone nerviosa, todo aumenta, no les alcanza la guita, es un caos, esto es un caos y hay que terminarlo".
"No sé lo que pasa, no sé cómo se puede solucionar pero hay que ser más sensible, más patriota, necesitamos patriotas, necesitamos 'Favaloros'".
Marcelo Hugo:
"Que haga alguien algo para que no tengamos que tener un muerto por día, dos, tres, diez y nos acostumbremos".
"La Argentina está muy violenta. Ayer veía un noticiero en los Estados Unidos donde nos trataban como la nueva Colombia y la verdad que uno empieza a darse cuenta que estando metido acá adentro no lo vive de esa manera, más allá de que está viendo las cosas que están pasando, porque realmente es impresionante".
Esto no es nuevo, sólo es mucho más transparente. Quizás en otra entrada complete algunas citas de Zaffaroni, ahora no porque se haría muy largo.
Dice Zaffaroni:
"3. El poder configurador de los sistemas penales latinoamericanos.
Hemos visto que el verdadero ejercicio de poder de un sistema penal no es el negativo o represivo, sino el positivo o configurador. Este ejercicio de poder en nuestro margen es enorme. Las agencias no judiciales de nuestros sistemas penales se hallan militarizadas y la burocratización de las agencias judiciales permite que operen con entera discrecionalidad.
Por regla general, las agencias judiciales prefieren no tener conflictos con las no judiciales, dado que las reconocen más poderosas. Además, esos conflictos implican, por regla general, enfrentamientos con otros sectores –particularmente con el político- que las agencias judiciales prefieren evitar. En consecuencia, las agencias no judiciales de los sistemas penales latinoamericanos tienen poderes para imponer penas, violar domicilios y secretos de comunicaciones, requerir documentación identificatoria los habitantes, expedir esa documentación (y marcarla cuando les conviene o negarla), privar de libertad a cualquier persona sin cargo ni sospecha alguna, realizar actos instructorios que la burocracia judicial le deja por menor esfuerzo, hacer "redadas", clausurar locales públicos, censurar espectáculos, fichar a la población, etc. No hay control militarizado más poderoso y formidable que el ejercido por estas agencias, al margen de cualquier control de la agencia judicial e incluso con su beneplácito.
En cuanto las agencias no judiciales ven que su poder va menguando o perciben esta amenaza al mismo, por alguna reforma o tentativa de reforma legal o jurisprudencial, inmediatamente
el aparato de propaganda del sistema penal –los medíos masivos- desatan una campaña de "ley y orden". Cuyo objetivo no es otro que el de atemorizar a la población y provocar un reclamo público que ponga sitio a las agencias política o judicial y detenga la amenaza para su poder (entiéndase siempre por tal la capacidad para obtener ingresos ilícitos).
La agencia no judicial contribuye a esto con una suerte de "trabajo a reglamento" en cuanto a la protección de la propiedad y con un mayor número de muertos por su violencia, cuyos cadáveres muestra a través de los medios masivos, como prueba de su eficacia (estas muertes generan una espiral violenta. cuando el infractor sabe que ser sorprendido por las agencias ejecutivas no significa la pérdida de la libeitad, sino de la vida).
La burocracia judicial suele responder plegándose a la campaña, imponiendo penas "ejemplarizantes", usando expresiones moralizadoras en las sentencias que dan a publicidad
e incluso procurando notoriedad pública con declaraciones autoritarias que frecuentemente contradicen las más elementales reglas del discurso jurídico convencional, a lo que contribuye
su bajo nivel técnico e informativo. Las agencias aprovechan estas oportunidades para requerir más vehículos, medios, personal y armas, todo lo cual suele ser concedido por las amedrentadas agencias políticas, que se ven amenazadas en su clientela electoral por la campaña de ley y orden, a la que no saben cómo responder; casi todos los políticos latinoamericanos han estado presos, exiliados o han sido torturados, pero sin embargo no demuestran la menor comprensión del poder y del peligro que representan estas agencias y de la urgente necesidad de controlarlo. Prefieren evadirse del problema mediante la falsa ilusión de la posibilidad de manejar ese poder y de ponerlo a su servicio: esta ilusión perdura hasta que otra alternativa les devuelve el carácter de víctimas de ese poder.
En otros casos se deciden a enfrentarlo sin medir adecuadamente sus fuerzas y se precipitan produciendo reacciones defensivas del poder de los sistemas penales que luego no saben cómo enfrentar. Estas tentativas carentes de tácticas suelen ser políticamente suicidas y su lamentable resultado final puede ser una mayor represivización y la generalización de una sensación de impotencia, en tanto que el poder de las agencias no judiciales sale reforzado y la actitud burocrática judicial premiada."
Y para cerrar, en brutal oposición a tamaña lucidez, veremos un sentido reclamo de recién llegada al país del tótem que trae "suerte".
7 comentarios:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1199647#lectores
Mirá esta nota de La Nación.
http://www.don-patadon.com.ar/
Mirá este blog.
debido a mi estado angustioso-y-vaya-a-saber-qué-más no estoy muy viva, pero intentaré comentar algo.
Que tinelli diga que "alguien haga" es muy heavy. Constituye el ejemplo perfecto de cómo tiran la pelota afuera las clases altas de latinoamérica. Siempre el problema es de otro. Y cuando el otro corta las rutas en legítimo reclamo está mal, es un horror, se los debería reprimir, pero cuando los que salen a cortar las rutas son ellos porque les tocaron el bolsillo, si se desavastece, está perfecto y qué horror si se llevan a de ángeli con el culito al aire por el medio de la ruta. Convengamos que todos tenemos que hacer cosas para mejorar, justamente, las cosas. Ahí está uno de los grandes problemas. En que para algunos no es asunto de todos. El otro día les decía a mis alumnos (que se quejaban por la carrera que eligieron, que decían que no había chance de cambiar los medios), que desde el lugar en el que uno está puede cambiar las cosas. Yo no escribo exáctamente en revistas de corte revolucionario, pero aporto lo mío, decido preguntar cosas que me parecen pertinentes en revistas chetas o pseudochetas. A veces he preguntado sobre la última dictadura y me las han borrado, pero yo pregunté. Digo, eso no va a solucionar el hambre y la falta de educación, que es la base de todo esto, pero es muy fácil quedarse de brazos cruzados y decir: "esto es una mierda, así que mejor me quedo de brazos cruzados".
Después dicen que los argentinos somos solidarios. Que tinelli, giménez y legrand digan tanta sarta de barbaridades no me sorprende, es coherente con su trayectoria, con sus dichos, con qué sé yo. Sí me sorprende el espacio que se le da en los medios. Y me sorprende cómo la gente (odio usar "la gente" como si yo no fuera parte de la ella) repite cómo un loro. Seis Siete Ocho tiene una sección muy buena llamada influencíometro. Es increíble ver cómo el público repite porque es eso: repite lo que escucha en la tele. Yo no tengo tele, así que veo por internet mayoritariamente Canal 7. El otro día me quedé viendo el noticiero de la medianoche de telefé. Lo cerré a los 5 minutos. No pude tolerar toda esa sobredosis de información sobre muertes porque todas eran muertes, por la inseguridad, por una cirugía plástica, por la inseguridad, por la inseguridad, ah, sí, por la inseguridad. ¿Cómo hacés para irte a dormir bien si ves la media hora que debe durar el programa? Si todo es una mierda, si todo está mal, ¿cómo te levantás al día siguiente? ¿Cómo seguís? Y está claro que no todo es una mierda, que la porción de la realidad que seleccionan puede ser una mierda, pero eso no todo. Hay otras cosas.
Lo de Zaffaroni (y sus tics) es muy inteligente. Siempre me gustó escucharlo hablar.
Zaffaroni bate la posta. Lo de la espiral violenta es clarísimo, y volvemos a cer -lamentablemente- en el círculo vicioso, en el huevo o la gallina, en lo que pasa o lo que creemos que pasa. El papel de los medios de comunicación como formadores de la "realidad" nunca estuvo menos en duda que hoy. Lo que la gente piensa del mundo en el que vive es lo que los medios le dicen que es ese mundo, y tampoco me quedan dudas de que esto responde a intereses empresarios o políticos a los que poco les importa la realidad o el devenir de las cosas reales más allá de su bolsillo.
Los famosos ya no son gente. Viven en los medios, y para el público común y corriente -el grueso de la sociedad- su opinión no está disociada a la que brinda TN, Telenoche o Clarín (está todo mal y cada vez peor), o América con Majul (está todo mal y la solución a la larga es el colo). Los famosos dicen burdamente lo que los medios dicen también burdamente pero con saco y corbata. Moria casán hablando de los pobres no significa nada hasta que las mismas palabras de Moria las repite una mujer frente a sus hijos en medio de un barrio modesto, validadas por la tele y alejadas del ritmo de vida que la diva lleva.
Pero... en lo que fue 2009 sufrí tres situaciones con armas de fuego adelante de mí. Dos en la misma semana. Vi arrebatos como nunca habìa visto y sin encender la tele como otros años sentí que no era tan seguro caminar las 4 o 5 cuadras que me separan de la casa de algún amigo piedra de noche. Usted que trabaja para los locos, me puede decir qué está pasando?
"Que alguien haga algo", en lugar de mostrar culos y reírse de los defectos de la gente, hacer negocios oscuros en clubes de fútbol y bancar o desbancar a polìticos de acuerdo a donde sople el viento.
"El que tiene hambre no piensa", como tampoco parece hacerlo la que almuerza creyendo que comunismo hoy es una mala palabra, coqueteò siempre con el poder y los poderosos que nos llevaron a esto y jamás se la jugó para que los hambrientos saciaran su falta.
"No se puede tomar un país, no se pueden cortar las calles. El derecho de los demás termina cuando empieza el del otro. La gente llega tarde al laburo, se pone nerviosa, todo aumenta, no les alcanza la guita, es un caos, esto es un caos y hay que terminarlo", dice quien durmiò con los empresarios más rabiosos, los que ayudaron a que la gente saliera a cortar calles, quien habla de justicia cuando tiene causas todavía abiertas por evasión de la justicia y de las normas legales vigentes.
Según Nestor, a De Angeli se lo llevaron "a upa" los gendarmes, me dio mucha gracia.
Lo que sintetiza genialmente de que va la cosa es la propaganda de puertas Pentágono: un gordo con barba de 3 días y con la remera transpirada corre a derribar una puerta para violar -por qué no- a los allí presentes y quizás robarlos, justo antes de las noticias policiales, que son todas.
Coincido con J, los famosos no son gente, son sólo a traves de los medios. Yo veo el programa de Majul para descargar el monto de puteadas que probablemente no largo en la semana y ahi lo largo todo junto, que flor de hijo de puta que es -con su lógica binaria incluida-
Yo por suerte nunca tuve un episodio que lamentar de noche y he camino ésta ciudad por todos lados a cualquier hora, quizás pecando de juventud. Pero si, el horno no está para bollos pero de ninguna manera se asemeja a lo que pintan los medios. La sensación de inseguridad cala hondo en el psiquismo de las personas, es entendible el medio y la espiral.
Ocurre también que deberíamos definir qué abarca la palabra "inseguridad". Es de esos significantes cuyo significado se ha manoseado, trastocado, violado y repetido tanto que ya no le queda significado.
El problema en argentina es gravísimo más allá de la inseguridad. Tenemos problemas de desnutrición en el Norte y en GBA, tenemos problemas en Salud y tenemos problemas en Educacación. Por otro lado tenemos un Gobierno que durante muchos años tuvo a los medios y ahora como hubo algún cortocircuito en la relación (vaya uno a saber porqué), tenemos a los gobernantes haciendo lo posible por controlar la información que circula en los medios.
Entonces, la violencia ¿de dónde viene? Por un lado tenemos los clásicos delicuentes que te zarpan el auto y te pegan un tiro, tenemos al ratero y tenemos al barrabrava que labura como freelancer para los políticos cuando tienen que hacer alguna movida. También tenemos las diferentes agrupaciones que se dan el gusto de cortar la calle con los rostros cubiertos y fierros galvanizados y pueden matarte a palos porque si cruzás estás en contra de ellos. Y por otro lado tenemos a los lìderes K que hacen cuanta movida puedan para sostener todo lo anterior, hacen tranzas como la "liberación" de los goles para poder difundir publicidad oficial (zanata la de los 600 palo, de hecho ahora van a licitar nuevamente el fulbo), tenemos Aerolineas a disposición de los hoteles del calafate y aumentos indiscriminados de impuestos.
A este combo gelatinoso, debemos agregarle que las estrellas mediáticas le meten leña al fuego al hablar sobre la inseguridad y hacer campaña en contra del gobierno.
En definitiva, estamos inmersos en un gran caos y no hay una salida aparente a corto y mediano plazo, por eso creo que cada uno aportará haciendo lo que le corresponde de forma honesta y responsable.
Muy bueno el blog.
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