Ya habrá tiempo para dormir

Ayer mientras estaba en la Plaza de Mayo trataba de imaginarme –sin suerte- el momento en que Cristina estuviese a punto de dormirse, de apagar de la luz, sus hijos durmiendo en otras habitaciones, ella rodeada por la multitudinaria presencia de su ausencia y con la obligación de conciliar el sueño. ¿Cómo dormirse después de haber sido la protagonista de la consagración electoral más contundente que recuerde la democracia? (No sólo por el caudal propio, sino por la diferencia con el segundo), ¿De dónde sacar las fuerzas para levantarse al día siguiente? Esa es una pregunta que muchos nos hemos hecho cualquier día de nuestras vidas a partir de los –digamos- 17 años. Ella ayer dio algunas de sus respuestas en la plaza, como los jugadores de fútbol veteranos que vuelven luego de haber logrado grandes cosas a retirarse a su club de origen: los mueve la gloria.
Y esta gloria en este caso es profundizar el camino que se ha comenzado a recorrer desde 2003, pero sobre todo, dejarlo lo suficientemente fuerte para que funcione más allá de ella y de algunos pilares de su estructura. La apuesta es afianzar la máquina y que aunque sea  casi imposible, dependa cada vez menos de nombres propios (ahí está por ejemplo otro debate que se podría dar: presidencialismo o parlamento, pero bueno, de a una cosa por vez, primero desfinanciar un poco a la Iglesia).

Pensar que uno a veces se siente abrumado por responsabilidades o por el cansancio, ¿cómo debe ser tener encima  los ojos amorosos de más de la mitad del electorado nacional?
Este proceso ha revitalizado al país en su multiplicidad de sentidos: económico, material, simbólico, desmilitarizó la palabra “patria”, creó las condiciones del crecimiento y de la multiplicidad de voces, limpió la idea de que toda política es necesariamente sucia y hasta permitió que la Izquierda creciera un poco. Porque no nos engañemos, este crecimiento de la Izquierda se debe en gran parte a este Gobierno, que desenmascaró a quienes representan al pasado, a quienes representan los intereses neoliberales de la ganancia, de la empresa, de sálvese quien pueda y en esa maniobra también posibilitó el escenario para que la nobleza –algo ingenua- de la Izquierda fuera visible. Y la Izquierda tiene un plan de gobierno, así como el Socialismo, se los puede y debe reconocer como compañeros de ruta en la construcción del país y escucharlos y hacerlos partícipes, sobre todo ahora que habrá mayoría en ambas cámaras. Con esto no digo que a los radicales y los del PJ disidente –o lo que sea- no haya que tenerlos en cuenta, eso está descontado a esta altura de la edad política del país, pero lo que si hay que hacer es no dejar pasar ninguna, con esa mesura un día alguien te levanta la voz, al siguiente te aprieta el brazo y al tercero te da con un palo en la cabeza. Todo debe ser bajo la luz de las ideas y las propuestas, el país de la obstrucción debe ser enterrado.
En este sentido, un párrafo para tres personajes que han dañado (e intentado más) la institucionalidad democrática: Cobos, Carrió y Duhalde. Del primero no quedará nada, será la sombra entre las sombras y retornará a su profesión matriculada, ya no le queda aval ni en su provincia. De la segunda, bueno, pasó de sacar el 23% de los votos en las anteriores elecciones a este menos del 2%. No amerita ningún comentario, sólo una sonrisa burlona Y al tercero: Batán

Supongo (y espero) que pronto Cristina podrá volver a decir “Néstor”. Todavía está cumpliendo su duelo. Está registrado que en algunas tribus existía un miedo atávico de mencionar el  nombre del muerto para evitar desgracias, para no perturbarlos en su camino hacia el mundo de los muertos, así como en algunas religiones no se menciona al Creador en vano. (Que los antropólogos nos den letra.) El nombre es mucho más que una palabra. 

Dejo este hotel rosarino, voy a caminar antes de ocuparme, ya  no me pregunto cómo hizo para levantarse hoy porque la respuesta está fuera de ella: hay millones que todavía la necesitan.

4 comentarios:

Anónimo | 24 de octubre de 2011, 12:18

Excelente comentario Lis. Lleno de ternura para nuestra presidenta y bien dicho las palabras respecto a la izquierda. Saludos desde el sur.

flor | 24 de octubre de 2011, 18:25

qué lindo cruzarnos ayer.
a mí me cuesta mucho la plaza, pero a cristina la quiero y cómo, por ella estuve ahí y por néstor hace un año. hace unos días escribí que ellos le devolvieron la afectividad a la política y cómo.
quizás por eso nos preguntamos por su despertar y su dormir, ¿no?

Tango D. | 24 de octubre de 2011, 20:58

Excelentes y cálidas líneas. Y atinadísimo análisis del mapa político y cultural. Felicitaciones. Y los mejores augurios para los próximos años del país y de la región suramericana. Abrazo grande.

Lisandro Capdevila | 25 de octubre de 2011, 9:57

si, lindo e inesperado! (por suerte Beto está mejor, no?)
es posible flor, si.

gracias Tango! Esperamos que así sea.

y anónimo: no puedo responder en proporción al trato afectuoso ante un no nombre.

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