Una estética de lo imposible
Si en casi 50 años Buenos Aires mantuvo estable su población, bien puede mantener otras cosas. Parecería que ningún viento de cola puede hacer mella en la raigambre poco solidaria y sectaria porteña. Mientras Filmus hablaba de reducir la desigualdad entre el Norte y el Sur, Macri hablaba de la buena onda, de que se venía bien, de que había que estar juntos y sin debates que agiten los nervios. Filmus retrucaba con dardos cargados con el aroma del aparato y un discurso de alcance nacional, no tanto local. Y parece ser que a la mitad de los porteños eso no les interesa, es preferible escuchar a un millonario que dice que hay que alejarse de la política y de las ideologías, que mejor que cualquier palabra es hacer. Eso porque no sabe que hay palabras que determinan actos. El ascetismo y las camisas planchadas son epifenómenos de lo políticamente correcto.
Un discurso vacío no es para nada inocente, la estasis de las cosas suele ser un fundamento de la derecha. Y ojo, Macri no es estrictamente un tipo de derecha, no le da el piné político para serlo, de derecha es López Murphy, tanto más honesto que el hijo del cartero.
Pero esos tampoco son valores que le importen mucho al electorado que votó a “Mauricio” por amplísima mayoría y que le dará 4 años más de gobierno. No importa que esté procesado, que haya puesto funcionarios de probado pasado oscuro a trabajar a su par, menos podría importar la sub ejecución del presupuesto de viviendas (¡menos el Indo Americano!) y la lista sigue, para la enumeración lean en otro lado. Inclusive ganó en los sectores más pobres de la Capital, donde tendrían que odiarlo por su negligencia, su odio y su olvido para con ellos. Pero no, Macri festeja con la producción de los barrios bajos: la música de Jóvenes Pordioseros, Gilda y La Mancha de Rolando (¡Que hizo campaña para Filmus! Recordemos a Dárgelos: “la música no tiene moral”), una apropiación perversa de clase. Insisto siempre en la falsa conciencia de clase y en Castells apoyando la intentona golpista del “campo” a ver si ligaba algo.
Si bien a nivel nacional la repercusión en los hechos será menor, es un momento para que el Gobierno y quienes lo apoyan (mos) sean cautos y aprendan, no hay que burlarse de Macri como si no tuviera méritos, la crapulencia suma votos, de todos modos un gran porcentaje de los que votaron a Macri, votarán con el bolsillo a Cristina. Macri es un fenómeno complejo que no responde a un partidismo ni a un trazado reconocible más allá de su cosmética, su marketing y su liquidez. Un ecuatoriano lo hace hablar, le recomienda afeitarse el bigote, dejar de referirse desdeñosamente a la presidenta, globitos, cotillón, cuándo y cómo festejar, hasta cuándo embarazarse, por qué no.
Como decía hace unos posts, perder requiere coraje, hacer que no se perdió es una pérdida de muchas cosas, entre ellas tiempo y dignidad. La respuesta de aquellos que apoyan no debe ser hacer que no pasó nada, porque esa es la prueba de que si. Un boxeador cuando se ríe es porque le dolió el golpe. El escenario es complejo y apasionante, un gobernante que es reelegido no por su gestión (que a luces vista es paupérrima) sino por un miedo atávico a los peronistas y a la incertidumbre de un cambio. Ni Filmus, un hombre proveniente de la academia es suficiente para limpiar la imagen del peronismo de aparato. Ganar cuando se sabe que se va a ganar es de bully de secundaria, el que no arriesga en este caso gana. Complejo, ¡Pino perdió la mitad de sus votos! (el buzón se lo comieron de ambos lados), Biondini sacó unos buenos miles, ¡Castrilli otro tanto! ¡Qué ciudad!
La palabra que da miedo no es “inseguridad”, es “redistribución”, que significa ni más ni menos que quitar un poco de un lado y ponerlo en otro. Y como todos saben, sobre todo los grupos de poder y sus acólitos, ya no existe tal cosa como el progresismo en sentido estricto, el progresismo es una palabra que ha sido apropiada por la derecha y es usada de manera despectiva según el rival que se tenga enfrente (les recomiendo una lectura muy interesante, el libro de JP Feinmann sobre sus diálogos con Kirchner, imperdible! Inclusive para quienes no lo quieran, si tan sólo fuesen más inteligentes, ahí tienen mucha tela para atacar a Néstor, por ejemplo cómo cuenta que iría por Duhalde. Esto se merece una entrada entera). La izquierda, bueno, para que hablar, irresponsables como monos con navajas.
A estar atentos, intentar desmenuzar la complejidad con paciencia y sin perder el compromiso y el respeto por los otros y su voto, a no inmolarse ciegamente porque detrás de cada paso en falso, la derecha sonríe y se come un alfil.
4 comentarios:
Misteriosa Buenos Aires, los domingos parece una ciudad un poco vacía... y lo es.
Li, genial, le pusiste un poco de racionalidad a la emoción violenta de Fito. Una porteña te lo agradece.
Yo me enojé y me dio asco y me angustié.
Después recordé que me la pasé diciendo que no me gustó la campaña de mis candidatos. No fue una buena estrategia la de Filmus, aunque duela.
El lunes, en el subte línea d, una mujer le pidió a gritos a un anónimo señor que estaba lastimando a una mujer que supuestamente estaba robando, que "la hiciera mierda".
Entonces, entendí la base de todo esto.
Y también me dieron ganas de llorar.
Los domingos todo puede pasar, no?
A vos J :)
flor: esperemos que la distancia final no sea grosera. besos!
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