El jugador monoteísta


Apenas pisa el césped su mano baja a tocarlo, luego se la besa, dibuja una cruz sobre su pecho y vuelve a besarla. Algunos lo hacen dos veces. Otros no se tocan primero la boca sino la frente. Con algunas diferencias, todos están haciendo algo parecido: llamándolo. Se dice que pocos tienen el número, que Bianchi fue el último y que por eso ya no trabaja, porque no se puede tener contacto tanto tiempo, que el coaxil se cae.

Solemos ver en los bancos de suplente una virgen de Luján, un Gauchito Gil o cualquier ídolo que haga las veces de representante. En el partido contra Canadá, Diego tenía un rosario en su mano (¡contra Canadá!). Algunos jugadores lo llevan tatuado en su cuerpo (y no hablo del 10, que también habita en un par de sus players), otros en sus oraciones. No está mal, todos necesitamos creer que no estamos solos, que existe algún Otro que vela por nosotros.

En los deportes individuales esta reflexión puede hacerse más rápidamente palpable: recuerdo a Bonavena diciendo que cuando se subía al cuadrilátero no le dejaban ni el banquito. Ese Otro (llámese grupo de trabajo, entrenadores, compañeros) tiene sus límites, y gracias que así sea, de otra manera no quedaría lugar al mérito individual, al rasgo característico. Mi entrenador de natación solía decir que en el momento en que uno estaba parado sobre el cubo con su malla, gorra y antiparras ya era tarde para lamentarse de todos los metros que le había robado al entrenamiento, de las agarradas al andarivel, del esfuerzo escamoteado por alguna dudosa razón, uno estaba ahí solo frente a lo que tenía que hacer. Como si hubiese sido ayer, siento la sensación de los pies helados sobre el cubo de partida en una pileta de La Pampa; un sábado a las 8 de la mañana.

Venimos escuchando sin cesar a los “periodistas” que están cubriendo la previa del mundial en Sudáfrica –tienen más de coordinadores de viaje de egresados que otra cosa- que hay un buen grupo, un excelente clima entre los jugadores, que los campeonatos de truco van bárbaros y que Tévez duerme solo porque tiene ligeras tendencias al exhibicionismo. TyC le dedica la transmisión entera a algo que todavía no es fútbol, porque hasta ahora no se pudo ver nada y eso da lugar a las más risibles conjeturas. Pura sanata diría el periodista y actor cómico Horacio Pagani. Cada conferencia de prensa empieza preguntando el peligroso Arévalo, el masajeador más importante que tiene la compañía. Sólo me interesan las noticias de fútbol, quién puede llegar a jugar y dónde, nada más. El resto es pura sanata.

El deporte colectivo tiene muchas cosas geniales, una de ellas es el compromiso y la solidaridad con el compañero, se puede hasta adquirir una dinámica y un conocimiento tal entre once personas que uno puede pasarle la pelota al compañero sin mirarlo porque sabe que va estar ahí, y en general está. Pero esas cosas se dan con el tiempo y la práctica, y este equipo todavía no ha dado pruebas de funcionamiento estrictamente futbolístico. La única medianamente aceptable fue esa victoria ante Alemania jugando de una manera bastante amarrete, que para los bielsistas como uno lo dejan con un gusto amargo.

¿Quiero que ganen? Obvio. ¿Banco a Maradona? Obviamente. Freud en su texto Tótem y Tabú –uno de los que más orgulloso estaba de haber escrito- realiza algunas consideraciones sobre el mito de la horda primordial, el lugar del padre, el tótem, bueno, varias cuestiones que inclusive la antropología le ha dado el visto bueno. El padre de la horda es asesinado, el padre que tenía a todas las mujeres, y es su muerte lo que lo eterniza al introyectarse en cada uno de los del clan que han participado en el asesinato; esa culpa y ese trabajo de redención, génesis de la religión.

Burdamente planteado, pero ahora: Maradona el indiscutido, el mejor de todos, ¿cómo funcionará para los jugadores? ¿Será el padre terrible o será el representante de la ley que pacifica, comparte y permite? Es difícil saberlo, cuando termine la participación de la selección veremos.

Me divertía pensando en que todos los jugadores deberían ser ateos, o agnósticos cuanto mucho, así tendrían que verse forzados a creer en sus compañeros y en sus propias habilidades y no tanto en la virgen de Luján, en el gauchito o en el Dios del fútbol parado del otro lado de la línea del lateral. O quizás esa línea real marque lo que no está inscripto del todo en lo simbólico, que el mejor jugador de todos los tiempos ahora es un abuelo que tiene canas y lamentablemente no le pega más a la pelotita.

Ahí sabrán que les han quitado hasta el banquito.

9 comentarios:

Juan Antonio | 9 de junio de 2010, 8:22

Cuando hablás de fútbol hago silencio. Es un mérito que acentúa sobremanera la pena que dan los coordinadores de viaje de egresados que están ahora entre leones, elefantes, negros y tribus (tal es el concepto que la publicidad explota hasta el hartazgo por estos días).
La fe. Siempre fui un tipo renegado de la fe. A mis doce años intenté un ensayo llamado Hágase Su Voluntad, en el que expresaba mis más primitivos cuestionamientos hacia la palabra de la Iglesia Católica. El otro día lo leí y sigo pensando parecido, pero ya no escribo tan bien.
Hoy, ya viejo, ebrio y dormido, creo que la fe es el banquito. Quienes me junan saben que no voy a misa, que no creo en un Dios y que no podría emocionarme con La Pasión. Pero sí creo en la fe como motor de esa fuerza que mueve montañas, y de algún lado hay que sacarla. Desde que entendí el poder de la fe, las cosas me parecen que me salen mejor.
Esa idea new age de que la energía positiva atrae lo positivo me domina. No soy ni de Osho ni de El Brujito Maya, pero me basta con pensar que ante la adversidad siempre es mejor confiar que dejarse caer. Lo decia Almafuerte, ese poeta que Iorio confundió.
Pensando en esos ingresos al campo de juego, plagados de cábalas o de muestras de fe cristiana, llego a la conclusión de que algunos se persignan porque no les queda otra: son horribles.
Y lo de confiar en el compañero es la clave. La fe arranca en la confianza en uno, y en lo que es uno con el grupo.
Finalmente, gracias por dejarme la imagen en la retina... la imagen que no me dejará dormir... usted y su instructor de natación, no puedo concentrarme.

Todo bien, todo legal | 9 de junio de 2010, 8:34

Agunas cosas para destacar del poder maradoniano:

-La FIFA dice que los equipos deben entrenar el día anterior en el estadio a jugar para hacer reconomiento del campo. Diego pidió no hacerlo e ir horas antes. Le dieron el OK.

-La Fifa dice que si o si deben dar una conferencia de prensa en el estadio si no me equivo. Diego pidió hacerla en otro lugar. Le dijeron que sí, que puede hacerlo en un hotel oficial.

-"Recomiendan" a los DT ir de traje y corbata. Diego irá con la barba y el equipo deportivo. Dalma y Giannina le pidieron por favor que se ponga traje ¿Lo hará?

Yo soy de los que la selección no los motivó en toda las elminatorias porque tenía problemas gravísimos en mi equipo, pero a medida que pasan las horas quiero ver a la Selección.
Igualmente, si no ganamos la Copa es un fracaso rotundo por todo el bombo que se está haciendo. Corta la bocha.

Ricardo | 9 de junio de 2010, 14:31

El periodismo deportivo que estamos viendo se parece demasiado a un programa de chimentos de la siesta.
Se puede hablar de fútbol. A los jugadores se les pueden preguntar conceptos, que aunque respondan con el cassette será más jugoso que escuchar que el grupo está bien, que se llevan bien y que Tevez anda en tarlipes.

Todo bien, todo legal | 10 de junio de 2010, 6:07

Y ni hablemos la onda Twitter que comenzaron a curtir los periodistas, es la novedad.

Brenda V | 10 de junio de 2010, 7:09

Yo veo la zunga, Antonio, eso es aun peor.
Y debo volver a la traducción del acoso sexual, Dior, estoy rodeada.

Lisandro Capdevila | 10 de junio de 2010, 13:01

J: ese niño de 12 años era el que luego entrevistó a Cavallo, ahora hace cosas más ogras.

A: El 10 va de jogging y de barba que le tapa la cicatriz de la mordida del perro.

Ricardo: Hay una pregunta sobre el juego en si por conferencia, no mucho más.

V y J: en slip en aquella época era un Adonis (suena a peleador de 100% lucha, no?)

Joakkin | 10 de junio de 2010, 18:57

Y yo me divierto pensando que el dios del fútbol ve soldaditos de plomo en el verde césped disputándose un objeto que siempre fue suyo. Cuando Argentina juega tan mal, me pregunto si Diego es capaz de transmitirle algo a sus muchachos, esos que lo tienen tatuado, si tiene que bajar a la tierra a hacerse entender y ese no sea su lenguaje. Si es capaz de ver la otra realidad, la de los mortales que sí pueden meter caños y gambetas pero no pueden dibujar esos retazos de arte cada vez que él movía un músculo.
Ese siempre fue mi temor cuando se anunció su lugar en el banco. Ahora es como vos decís, los once en el borde del agua, con sus gorros y sus mallas, no hay nadie más adentro, sólo ellos, con sus talentos y sus limitaciones.
No estoy feliz con el funcionamiento del equipo, creo que faltó trabajo, esa palabra de la que Bielsa hacía un culto para lograr lo mejor. Pero tranquilo porque hay pasta y carácter en el plantel y, como claramente no merecemos ser ni somos candidatos a ganar el mundial, más confiado aún, porque el fútbol es injusto.

Todo bien, todo legal | 11 de junio de 2010, 13:51

Lo único que pido es que si ganamos el mundial sea jugando bien, no a huevo/hazaña/milagro como hizo gimnasia contra rafeala. Con el nivel de players no se pude sufrir más de la cuenta.

arlequin | 13 de junio de 2010, 13:24

No leí, pero ayer te divisé al lado del escenario. Qué buena remera!

Publicar un comentario